An-um, es el dios del cielo sumerio
Es el dios
del cielo, primera divinidad de la tríada mesopotámica formada también por
Enlil y Enki. Se trata de un “deus otiosus” (o "dios ocioso" es un
concepto teológico empleado para describir la creencia en un dios creador que
se retira del mundo y deja de involucrarse en sus ocupaciones, lo que
constituye un principio central del deísmo). Se cita en los grandes mitos
acadios y sus características son:
- Dios universal de lo creado
- Dueño del cielo
- Dador del poder real sobre la tierra
Sin embargo, su importancia en la vida religiosa y en el culto era relativamente escasa en Mesopotamia.
Su templo de
Uruk se llamaba E-an-na (‘casa del cielo’). Su lugar de culto se centró en Uruk
y sus seguidores eran principalmente los Annunaki o Anunna. También recibía culto en Der.
«En el
cielo está Anu sobre su trono, revestido de todos los atributos de la
soberanía: el cetro, la diadema, el tocado, el báculo». Las estrellas constituían
su ejército.
Simbólicamente,
el rey recibía su poder directamente de Anu. Por eso le invocaban solo los
soberanos y no el resto de los mortales. Es de notar que no sólo se estimaba que se había apartado del hombre, sino que le era hóstil. De hecho, el diluvio se atribuía a él y a Enlil.
Era el
«padre de los dioses» (abû ilâni), «padre de los cielos» (ab shamê), «rey del Cielo»
(il shamê).
Se supone
que en un principio (antes del 2500 a. C.) era el dios más importante del
panteón sumerio, pero luego en tiempos acadios y babilonios, fue perdiendo
relevancia y fue sustituido por Enlil o Enki en este papel, y luego por los
distintos dioses regionales (Marduk, Assur, etc). Pese a esto, siempre tuvo un
papel preponderante en todos los panteones como demiurgo o dios original del
Universo, aunque sus características concretas nunca estuvieron muy definidas.
Según el poema de la creación del mundo (Enuma Elîs) Enlil y Ea ofrecieron regalos a Marduk después de que éste ganó la victoria sobre las fuerzas del caos y del mundo interior (Tiamat, Apsu y Kingu).
Según otro mito, Innana (Istâr) que originalmente era considerada hija de An-um, recibió de éste la dignidad de reina del cielo en lugar de su consorte Antum. Por ello, el culto que se realizaba en Uruk a An-um fue sustituido por el de esta otra deidad.